lunes, 30 de junio de 2014

REFLEXIÓN


Nos encontramos en medio de una nueva revolución, la del conocimiento, pero ésta no puede ser posible sino entramos en la dinámica de la sociedad de la información; es por ello que en el mundo globalizado en que nos desenvolvemos, existe una gran presión por estar al día con la tecnología, de manera tal que se ha convertido casi hasta en una moda y es impensable quedarse fuera.

Sin embargo, ¿Hasta qué punto los avances tecnológicos están cumpliendo el cometido para el cuál fueron creados?: acceso a la información, romper barreras de tiempo y distancia... me pregunto, si el hombre está dominando la tecnología, o el ser humano se está dejando dominar por ésta?

Como docente he comprendido una triste realidad: seguimos haciendo lo mismo pero de manera diferente; simplemente hemos cambiado el cartel por el proyector, pero estamos haciendo nada para tener un acercamiento real a todo el conocimiento al que podemos tener acceso, pero con una mirada crítica, y este en el primer reto, tener presente que no todo lo publicado debe seguirse como si no existiera posibilidad de error y lograr que nuestros estudiantes tengan esta mirada de criticidad.

Adicionalmente, y lo más importante, cambiar mi mentalidad de docente transmisor del conocimiento, el cual no me pertenece, y ni siquiera me he detenido a cuestionarlo. ¿Por qué seguir aceptando que todo lo que está escrito es verdad única y absoluta? ¿Por qué no intentar mirar con ojos investigativos y pensar críticamente? ¿Por qué no pensar en verificar si lo escrito por alguien realmente es verdad? 

Es el momento de dejar de seguir siendo simples seguidores y convertirnos en los investigadores que la educación necesita, personas con criterio propio, con mentalidad abierta y sin temor de cuestionar a aquel que nos lleva muchos años de experiencia en la investigación. El camino está trazado, las herramientas tecnológicas están a nuestro alcance. La decisión es solo nuestra.

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